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67_Juego de tronos_Sansa VI

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     —No quiero subir. —Sansa agitaba la cabeza, enloquecida—. No quiero subir.   —Le diré a ser Mery n que te suba a rastras —replicó él—. Y será peor. Más te vale obedecer.   Joffrey fue a agarrarla por el brazo, y Sansa se apartó, retrocedió y chocó contra el Perro. —Subid, niña —dijo Sandor Clegane al tiempo que la empujaba hacia el rey. Tenía la boca torcida hacia el lado quemado de la cara, y Sansa casi pudo oír el resto de la frase: « Te hará subir sea como sea, así que dale lo que quiere» . Se obligó a tomar la mano tendida de Joffrey. El ascenso fue una pesadilla, cada peldaño le suponía un esfuerzo, como si los peldaños fueran de barro y se hundiera hasta los tobillos. ¡Y cuántos peldaños había! Eran miles, miles de miles, siempre en dirección al horror que aguardaba en el baluarte   Juego de tronos Sansa. VI

66_Juego de tronos_Bran VII

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    —Peludo —llamó una vocecita aguda. Bran alzó la vista. Su hermano pequeño estaba de pie, en la entrada de la tumba de su padre. Peludo lanzó una última dentellada a Verano y corrió al lado de Rickon. —Deja en paz a mi padre —le advirtió el pequeño a Luwin—. Déjalo en paz. —Rickon —intervino Bran con voz amable—. Padre no está aquí. —Sí que está. Lo he visto.   Juego de tronos Bran VII  

65_Juego de tronos_Arya V

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     Arya se coló entre la multitud, se agachó para pasar entre las patas de los caballos, siempre con la espada de madera en la mano. Desde el centro de la muchedumbre sólo podía ver brazos, piernas y barrigas, así como las siete esbeltas torres del sept, que se alzaban hacia el cielo. Divisó un carromato de madera, y se le ocurrió que podría subirse encima para ver algo, pero a otros se les había ocurrido la misma idea y el cochero los echó a todos a latigazos, entre maldiciones.   Arya estaba cada vez más nerviosa. Mientras se abría paso hacia la parte delantera, la empujaron contra un pedestal de piedra. Al alzar los ojos vio a Baelor el Santo, el rey septon. Se colgó la espada del cinturón y empezó a trepar. La uña herida dejó marcas de sangre sobre el mármol pintado, pero siguió subiendo, y por fin pudo situarse entre los pies del rey.   Y, entonces, vio a su padre.   Juego de tronos Arya. IV    

64 __Juego de tronos_Daenerys VIII

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  El semental coceó y corcoveó cuando Rakharo, Quaro y Aggo lo acercaron a la bañera en la que flotaba el khal, que parecía ya un cadáver, entre las aguas sucias del pus y la sangre que le manaban de la herida. Mirri Maz Duur entonó un cántico en una lengua que Dany no conocía, y de pronto tenía un cuchillo en la mano. Dany nunca supo de dónde lo había sacado. Parecía muy viejo, de bronce rojizo, en forma de hoja, con extraños símbolos grabados en toda la superficie. La maegi lo pasó por la garganta del semental, bajo la cabeza del noble bruto. El caballo relinchó y se estremeció, y la sangre empezó a manar como un surtidor rojo. Se habría derrumbado de no ser porque lo sujetaban los hombres de su khas. —Fuerza de la montura, entra en el jinete —canturreó Mirri mientras la sangre del caballo llenaba la bañera de Drogo—. Fuerza de la bestia, entra en el hombre.   Juego de tronos Daenerys. VIII    

63_Juego de tronos_Catelyn X

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 —El Matarreyes —anunció Hal, como si hiciera falta. —Lady Stark —dijo Lannister de rodillas alzando la cabeza. La sangre que manaba de un corte en el cuero cabelludo le corría por la mejilla, pero la escasa luz del amanecer volvía a dar un matiz dorado a su pelo—. Os ofrecería mi espada, pero la he extraviado. —No es vuestra espada lo que quiero, ser —replicó ella—. Devolvedme a mi padre, a mi hermano Edmure. Devolvedme a mis hijas. Devolvedme a mi señor esposo. —A ellos también los he extraviado. —Una lástima —replicó Catelyn con tono gélido. —Mátalo, Robb —propuso Theon Greyjoy—. Córtale la cabeza. —No —replicó su hijo al tiempo que se quitaba el guante ensangrentado— . Nos resultará más útil vivo que muerto. Y mi señor padre nunca aprobó que se matara a los prisioneros después de la batalla. —Un hombre sabio —dijo Jaime Lannister—. Y honorable.     Juego de tronos Catelyn.X

62_Juego de tronos_Tyrion VIII

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   —¿Te ha sorprendido, padre? —preguntó—. ¿Te ha descabalado los planes? Porque se suponía que iban a matarnos a todos, ¿no? —Es cierto, situé a la izquierda a los hombres menos disciplinados. —Lord Tywin apuró la copa, con rostro inexpresivo—. Había previsto que no resistirían. Robb Stark no es más que un crío inexperto, con más valor que inteligencia. Tenía la esperanza de que, si veía derrumbarse el flanco izquierdo, intentaría atacar por ahí para derrotarnos. Las picas de Ser Kevan lo rodearían, lo atacarían y lo acorralarían contra el río mientras llegaba yo con la retaguardia.   —Y te pareció que lo mejor era colocarme en medio de esa carnicería, sin hacerme partícipe de tus planes.   —Una flaqueza fingida resulta menos convincente —replicó su padre—. Y no acostumbro a comunicar mis planes a hombres que se relacionan con salvajes y mercenarios. —Lástima que mis salvajes te estropearan el baile. —Tyrion se quitó el guantelete de acero y lo dejó caer al suelo. El dolor que l

61_Juego de tronos_Daenerys VII

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   La mujer envolvió la herida de la flecha con un emplasto de hojas húmedas, y se concentró en la herida del pecho, que untó con una pasta color verde claro antes de volver a colocar la piel en su lugar. El khal apretó los dientes y ahogó un grito. La esposa de dios sacó una aguja de plata y una bobina de hilo de seda, y empezó a coser la carne. Cuando terminó, pintó la piel con ungüento rojo, la cubrió con más hojas y envolvió el pecho con un trozo de piel de cordero. —Deberás recitar las plegarias que te daré, y conservar puesta esta piel de cordero diez días con sus noches —dijo—. Sentirás fiebre, y picores, y cuando estés curado te quedará una gran cicatriz.   —Mis cicatrices son gloria, mujer oveja. —Khal Drogo se sentó y sus campanillas tintinearon. Flexionó el brazo, y frunció el ceño. —No bebas vino, ni la leche de la amapola —le advirtió— . Sufrirás dolor, pero tu cuerpo debe estar fuerte para combatir a los espíritus venenosos.   —Soy el khal —dijo Drogo—. Escupo sobre e

60_Juego de tronos_Jon VIII

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     —Dime una cosa, Jon: si llegara un día en que tu padre tuviera que elegir entre su honor por un lado, y sus seres amados por otro, ¿qué haría? Jon titubeó. Le habría gustado decir que Lord Eddard jamás se deshonraría, ni siquiera por amor, pero una vocecita dentro de él le susurraba: «Engendró un bastardo, ¿eso es honorable? Y tu madre, ¿qué pasa con su deber para con ella? Ni siquiera menciona su nombre». —Haría lo correcto —dijo.   Juego de tronos Jon. VIII    

59_Juego de tronos_Catelyn IX

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  —Deseamos cruzar —respondió Catelyn. —Ah, ¿sí? Qué directa. ¿Y por qué debería permitíroslo?   —Si tuvierais fuerzas suficientes para subir a las almenas —dijo Catelyn sin poder contener la ira—, veríais que mi hijo tiene un ejército de veinte mil hombres ante vuestras murallas. —Que serán veinte mil cadáveres cuando llegue Lord Tywin —replicó el anciano—. No intentéis asustarme, señora. Vuestro esposo está encerrado por traidor en alguna celda de la Fortaleza Roja, vuestro padre yace enfermo, tal vez moribundo, y Jaime Lannister ha tomado prisionero a vuestro hermano. ¿Por qué voy a teneros miedo? ¿Por vuestro hijo? Puedo enfrentarme a vos hijo contra hijo, y todavía me quedarían dieciocho después de matar a todos los vuestros. —Hicisteis un juramento ante mi padre —le recordó Catelyn. —Oh, sí . —Inclinó la cabeza a un costado, sonriente—. Pronuncié unas cuantas palabras, pero si mal no recuerdo también hice juramentos a la corona.  Juego de tronos Catelyn.IX

58_Juego de tronos_Eddard XV

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  —Al menos, ¿querréis llevar un mensaje de mi parte?   —Eso dependerá del mensaje. Si lo deseáis os proporcionaré papel y pluma. Escribiréis lo que queráis, luego yo cogeré la carta, la leeré, y la entregaré o no, según convenga a mis fines. —Vuestros fines. ¿Cuáles son, Lord Varys? —La paz —replicó Varys sin titubear—. Si había alguien en Desembarco del Rey que intentara por todos los medios mantener con vida a Robert Baratheon, ése era yo . — Suspiró—. Durante quince años conseguí protegerlo de sus enemigos, pero no pude protegerlo de sus amigos. ¿Qué ataque de locura os hizo decirle a la reina que sabíais la verdad sobre el origen de Joffrey? —La locura de la piedad —admitió Ned. —Ah —dijo Varys— . Claro. Sois un hombre honesto y honorable, Lord Eddard. A veces se me olvida. He conocido a tan pocos en mi vida...  Juego de tronos Eddard XV  

57_Juego de tronos_Sansa V

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  Sansa oyó una exclamación contenida. Ser Boros y Ser Meryn se adelantaron para enfrentarse a él, pero Ser Barristan los detuvo en el sitio con una mirada rebosante de desprecio.  —No temáis, señores, vuestro rey está a salvo... pero no gracias a vosotros. Incluso ahora podría acabar con los cinco tan fácilmente como si cortara queso con una daga. Si vais a servir a las órdenes del Matarreyes, ninguno de vosotros es digno de vestir el blanco. —Tiró la espada al pie del Trono de Hierro— . Toma, niño. Fúndela y ponla con las demás si quieres. Te será más útil que las espadas que esgriman estos cinco. Puede que Lord Stannis se siente sobre ella cuando te quite el trono. Salió de la sala por el camino más largo, con pasos que resonaban sonoros contra el suelo y levantaban ecos en las paredes de piedra desnuda. Las damas y los caballeros le abrieron paso. Hasta que no hubo traspasado las grandes puertas de roble y bronce,  Juego de tronos Sansa. V  

56_Juego de tronos_Tyrion VII

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 —Dicen que los hombres de los clanes de las montañas son guerreros sin miedo.   —Dicen la verdad —respondió Conn, de los Grajos de Piedra. —Y las mujeres —añadió Chella. —Cabalgad conmigo contra mis enemigos, y tendréis todo lo que os prometió mi hijo, y mucho más.   —¿Vas a pagarnos con nuestras propias monedas? —dijo Ulf, hijo de Umar—. ¿Para qué necesitamos la promesa del padre, si ya tenemos la del hijo?   —No he dicho que necesitéis nada —replicó Lord Tywin—. Mis palabras eran simple cortesía, nada más. No es necesario que os unáis a nosotros. Los hombres de las llanuras invernales están hechos de hierro y hielo, hasta los más valientes de mis caballeros temen enfrentarse a ellos. Tyrion no pudo disimular una sonrisa retorcida ante tal alarde de habilidad.   Juego de tronos Tyrion. VII

55_Juego de tronos_Catelyn VIII

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  - Te lo preguntaré de nuevo. ¿Qué pretendes hacer? Robb extendió un mapa sobre la mesa. Era un trozo de cuero deshilachado, con dibujos desvaídos. Uno de los extremos se enrollaba hacia adentro. Robb le puso la daga encima para evitarlo. —Los dos planes tienen aspectos positivos, pero... Mira, si intentamos rodear el ejército de Lord Tywin, corremos el riesgo de quedar atrapados entre él y el Matarreyes. Y si lo atacamos... según todos los informes, cuenta con más hombres que nosotros, y tiene muchos más jinetes entre ellos. El Gran Jon dice que si lo encontramos con los calzones bajados eso no importará, pero creo que no será fácil sorprender a un hombre que ha peleado en tantas batallas como Tywin Lannister. —Bien —dijo ella. En la voz de su hijo, allí, ante el mapa, había ecos de la de Ned—. Sigue.   Juego de tronos Catelyn. VIII  

54_Juego de tronos_Daenerys VI

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   Dany colocó los otros dos huevos junto al negro, sobre el fuego. Se alejó del brasero y contuvo la respiración. Se quedó mirando hasta que las ascuas se convirtieron en cenizas. Algunas chispas flotaron en torno a los huevos, y el calor dibujaba ondulaciones sobre ellos. Nada más. «Vuestro hermano Rhaegar fue el último dragón», le había dicho Ser Jorah. Dany contempló los huevos con tristeza. ¿Qué había esperado? Los huevos habían estado vivos hacía mil años, pero ya no eran más que piedras hermosas.   Juego de tronos Daenerys. VI

53_Juego de tronos_Bran VI

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      - Los dioses te ven, chico. Te han oído. Ese susurro entre las hojas es su respuesta.   —¿Y qué decían?   —Están tristes. No pueden ayudar a tu señor hermano allí donde va. Los antiguos dioses no tienen poder en el sur, talaron los arcianos hace miles de años. ¿Cómo van a velar por tu hermano, si no tienen ojos? Bran no había calculado aquello. Le daba miedo. Si ni siquiera los dioses podían ayudar a su hermano, todo estaba perdido. Aunque quizá Osha no hubiera entendido bien. Inclinó la cabeza a un lado y escuchó de nuevo. Le pareció percibir la tristeza, sí, pero nada más.   Juego de tronos Bran VI

52_Juego de tronos_Jon VII

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   Jon sólo pudo rodar sobre sí mismo, tembloroso, entre arcadas. Fantasma había cogido de nuevo al ser. El lobo huargo le enterró los dientes en las entrañas, arrancó y desgarró. Jon se quedó mirando durante un largo momento, casi inconsciente, antes de acordarse de buscar su espada...  ... y vio a Lord Mormont, desnudo y somnoliento, de pie en el umbral, con una lámpara de aceite en la mano. El brazo del ser, retorcido y con los dedos rotos, se arrastraba hacia él. Jon trató de gritar, pero no tenía voz. Se puso en pie como pudo, dio una patada al brazo y arrancó la lámpara de la mano del Viejo Oso. La llama parpadeó y estuvo a punto de apagarse. —¡Arde! —graznó el cuervo—. ¡Arde, arde, arde!   Juego de tronos Jon. VII  

51_Juego de tronos_Sansa IV

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  - Sansa, querida, comprenderás que esto nos pone en una posición espantosa. Tú eres inocente de todo mal, lo sabemos, pero aun así eres la hija de un traidor. ¿Cómo voy a permitir que te cases con mi hijo?   —Pero yo... lo amo —gimió Sansa, confusa y asustada. ¿Qué pensaban hacer con ella? ¿Qué le habían hecho a su padre? Aquello no era lo que estaba previsto. Ella iba a casarse con Joffrey, estaban prometidos, hasta lo había soñado. No era justo que se lo quitaran todo por algo que había hecho su padre. —Bien lo sé, pequeña —suspiró Cersei con voz muy amable, muy dulce—. ¿Por qué si no viniste a contarme los planes que tenía tu padre para alejarte de nosotros? Fue por amor.   Juego de tronos Sansa. IV    

50_Juego de tronos_Arya IV

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 —¡Huye, Syrio! —gritó. —La primera espada de Braavos no huye —canturreó él mientras Ser Meryn le lanzaba un ataque. Syrio danzó para esquivar, la espada de madera era un borrón en el aire. En un instante lanzó golpes contra la sien, contra el codo, contra la garganta del caballero, la madera resonó contra el yelmo, contra el guantelete, contra el gorjal. Arya estaba paralizada. Ser Meryn avanzó. Syrio retrocedió. Paró el primer golpe, esquivó el segundo, desvió el tercero. El cuarto cortó en dos el palo, destrozó la madera y el alma de plomo. Arya, entre sollozos, se dio media vuelta y huyó.   Juego de tronos Arya. IV  

49_Juego de tronos_Eddard XIV

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  —Lord Varys, tened la bondad de mostrar esto a mi señora de Lannister —dijo Ned sacando la carta de Robert. El eunuco llevó la carta a Cersei. La reina le echó un vistazo. —Protector del Reino —leyó—. ¿Y esto es vuestro escudo, mi señor? ¿Un trozo de papel? —Rompió la carta en dos, luego en cuatro y dejó caer los pedazos al suelo. —Eran las palabras del rey —dijo Ser Barristan, conmocionado. —Ahora tenemos un nuevo rey —replicó Cersei Lannister—. Lord Eddard, la última vez que hablamos me disteis un consejo. Quiero devolveros el favor. Doblad la rodilla, mi señor. Doblad la rodilla y jurad lealtad a mi hijo, y permitiremos que abandonéis el cargo de Mano y viváis el resto de vuestros días en ese desierto gris al que consideráis vuestro hogar. —Ojalá pudiera —replicó Ned, sombrío. Si Cersei estaba decidida a forzar la situación en aquel mismo momento, a él no le quedaba elección—. Vuestro hijo no tiene derecho al trono que ocupa. Lord Stannis es el auténtico heredero de Robert.   Ju

48_Juego de tronos_Jon VI

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  El suelo del bosque estaba cubierto de hojas caídas, rojo sangre por arriba, blanco putrefacto por abajo. Los anchos troncos lisos eran de color hueso, y las nueve caras miraban hacia adentro. La savia seca encostrada en los ojos era roja y dura como un rubí. Bowen Marsh les ordenó que dejaran los caballos fuera del círculo. —Es un lugar sagrado, no debemos profanarlo.   Al entrar en el claro, Samwell Tarly se dio la vuelta muy despacio, para examinar una a una todas las caras. No había dos iguales. —Nos están mirando —susurró—. Los antiguos dioses nos miran. —Sí. —Jon se arrodilló, y Sam hizo lo mismo a su lado. Pronunciaron juntos el juramento mientras las últimas luces desaparecían por el oeste y el día gris se transformaba en noche negra. —Escuchad mis palabras, sed testigos de mi juramento —recitaron; sus voces llenaron el bosquecillo en el ocaso—. La noche se avecina, ahora empieza mi guardia. No terminará hasta el día de mi muerte. No tomaré esposa, no poseeré tierras, no

47_Juego de tronos_Eddard XIII

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    Los vendajes empapados en vino que le había puesto el Gran Maestre Pycelle estaban ya negros de sangre, y la herida despedía un olor nauseabundo. A Ned se le revolvió el estómago. Dejó caer la manta. —Apesta —dijo Robert—. Es el hedor de la muerte, no creas que no lo huelo. El muy cabrón me cogió bien cogido, ¿eh? Pero... le pagué con la misma moneda, Ned. —La sonrisa del rey era tan espantosa como su herida, tenía los dientes rojos—. Le metí un cuchillo por el ojo. Que te lo digan éstos, venga, que te lo digan. —Así fue —murmuró Lord Renly—. Trajimos el cuerpo, como ordenó mi hermano. —Para el festín —susurró Robert—. Ahora, salid todos. Tengo que hablar con Ned.   Juego de tronos Eddard XIII

46_Juego de tronos_Daenerys V

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  —¿Qué ha dicho? —preguntó sobresaltado el hombre que había sido su hermano. En la sala se había hecho un silencio tal que podía oír el tintineo de las campanillas en el pelo de Khal Drogo al caminar. Sus jinetes de sangre lo siguieron como tres sombras cobrizas. Daenerys se había quedado fría. — Dice que tendrás una corona de oro tan espléndida que los hombres temblarán al contemplarla. Viserys sonrió y bajó la espada. Aquello fue lo más triste, lo que más adelante desgarraría el alma, su manera de sonreír. —Eso es todo lo que quería —dijo—. Lo que me prometió. Cuando el sol de su vida llegó junto a ella, Dany le rodeó la cintura con un brazo. El khal dio una orden, y sus jinetes de sangre avanzaron. Qotho agarró por los brazos al hombre que había sido su hermano. Haggo le rompió la muñeca con un simple movimiento brusco de sus manos enormes. Cohollo le quitó la espada de sus flácidos dedos. Y ni siquiera entonces comprendió Viserys qué iba a suceder.     Juego de tronos Daenerys.

45_Juego de tronos_Eddard XII

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- Os aseguro que, por lejos que os vayáis, la ira de Robert os perseguirá. Hasta donde haga falta. —¿No contáis con mi ira, Lord Stark? —preguntó la reina con tono suave mientras se levantaba. Le escudriñó el rostro con los ojos—. Debisteis quedaros vos con el reino. Pudisteis hacerlo. Mi hermano Jaime me contó que lo encontrasteis en el Trono el día en que cayó Desembarco del Rey y lo obligasteis a bajar. Aquélla era vuestra ocasión. Sólo teníais que subir y sentaros. Qué gran error. —He cometido más errores de los que podéis imaginar —dijo Ned— , pero ése no fue uno de ellos. —Claro que lo fue, mi señor —insistió Cersei—. Cuando se juega al juego de tronos sólo se puede ganar o morir.   Juego de tronos Eddard XII

44_Juego de tronos_Sansa III

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    -Padre, acabo de caer en la cuenta, no puedo marcharme, me voy a casar con el príncipe Joffrey. —Trató de dedicarle una sonrisa valiente—. Lo amo, padre, lo amo de todo corazón, lo amo tanto como amaba la reina Naerys al príncipe Aemon, el Caballero Dragón, tanto como amaba Jonquil a Ser Florian. Quiero ser su reina, y darle muchos hijos. —Pequeña —suspiró su padre— , presta atención. Cuando seas mayor, concertaré tu matrimonio con un gran señor que sea digno de ti, con alguien valiente, bueno y fuerte. Tu compromiso con Joffrey ha sido un gran error. Tienes que creerme, ese chico no es como el príncipe Aemon. —¡Sí que lo es! —insistió Sansa—. Y no quiero a nadie valiente y bueno, lo quiero a él.   Juego de tronos Sansa. III  

43_Juego de tronos_Eddard XI

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    —Levantaos —ordenó Ned a los aldeanos. Jamás confiaba en lo que le decía un hombre arrodillado—. Venga, levantaos todos.   Uno a uno los aldeanos de Sherrer se fueron poniendo en pie. Hubo que ayudar a un anciano, y una muchachita de vestido ensangrentado permaneció de rodillas, mirando sin ver a Ser Arys Oakheart, que estaba al pie del trono vestido con la armadura blanca de la Guardia Real, dispuesto a proteger y defender al rey... o a la Mano del Rey, quiso creer Ned.   —Joss —dijo Ser Raymun Darry a un hombre regordete y calvo que llevaba delantal de cervecero—, cuéntale a la Mano lo que sucedió en Sherrer.   Joss asintió.   —Con el permiso de Su Alteza...   —Su Alteza está cazando al otro lado del Aguasnegras —dijo Ned. Le parecía increíble que un hombre pudiera pasar la vida entera a apenas unos días a caballo de la Fortaleza Roja sin tener la menor idea de cuál era el aspecto del rey. Él vestía un jubón de lino blanco con el lobo huargo de los Stark en el

42_Juego de tronos_Tyrion VI

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    Jaime lo había preparado todo: el camino, los forajidos, todo. Pensaba que ya era hora de que me acostara con una mujer. Como sabía que iba a ser mi primera vez, pagó mucho para que la chica fuera virgen .   »Después de la confesión de Jaime, para que aprendiera bien la lección, Lord Tywin hizo traer a mi esposa y se la entregó a los guardias. Pagaron bien. Una pieza de plata por hombre, no hay muchas putas que cobren precios tan altos. Me hizo sentar en un rincón del barracón y me obligó a mirar, y al final ella tenía tantas monedas de plata que se le escapaban de entre los dedos y se le caían al suelo, fue. .. —El humo le escocía en los ojos. Tyrion carraspeó para aclararse la garganta. Apartó la vista del fuego y contempló las estrellas—. Lord Tywin me hizo ir en último lugar —dijo con voz tranquila—. Y me dio una moneda de oro para que pagara, porque yo era un Lannister, y valía más.   Juego de tronos Tyrion. VI    

41_Juego de tronos_Jon V

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    —Quiero pediros que Samwell Tarly sea retirado del entrenamiento y aceptado como hermano en la Guardia de la Noche.   —Eso no es cosa del maestre Aemon —protestó Chett.   —Nuestro Lord Comandante ha puesto el entrenamiento de los reclutas en manos de Ser Alliser Thorne —dijo el maestre con tono amable—. Como bien sabes, sólo él puede decir si un muchacho está preparado para hacer el juramento. ¿Por qué acudes a mí?   —El Lord Comandante escucha vuestra opinión —respondió Jon—. Y los heridos y enfermos de la Guardia de la Noche están a vuestro cuidado.   —¿Tu amigo Samwell está herido o enfermo?   —Lo estará —le aseguró Jon—, a menos que lo ayudéis. —Se lo contó todo, incluso lo de que había azuzado a Fantasma contra Rast. El maestre Aemon lo escuchó en silencio, con los ojos ciegos clavados en el fuego, pero el rostro de Chett se iba ensombreciendo cada vez más—. Y si no estamos nosotros para velar por él, Sam no sobrevivirá.   Juego de tronos Jon. V  

40_Juego de tronos_Catelyn VII

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  Catelyn oyó el gemido del caballero cuando el mercenario levantó la espada con ambas manos y la clavó con todo su peso bajo el brazo, atravesando las costillas de Ser Vardis Egen, que se estremeció y quedó quieto.   El silencio se apoderó de todo el Nido de Águilas. Bronn se arrancó el medio yelmo y lo dejó caer sobre la hierba. Tenía el labio partido y sangrante, resultado del golpe con el escudo, y su cabello, negro como el carbón, estaba empapado de sudor.  Escupió un diente roto.   —¿Ha terminado, madre? —preguntó el señor del Nido de Águilas.   Catelyn deseaba decirle que no, que aquello acababa de empezar.  —Sí —dijo Lysa, sombría, con voz tan fría y muerta como el capitán de su guardia.   —¿Ahora puedo hacer volar al hombrecillo?   —A este hombrecillo, no —dijo Tyrion Lannister poniéndose en pie al otro lado del jardín—. Este hombrecillo se va en la cesta de los nabos, muchas gracias.   Juego de tronos Catelyn. VII  

39_Juego de tronos_Eddard X

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    - Lord Tyrell y Lord Redwyne rindieron sus pendones, y todos sus caballeros se arrodillaron para jurarnos lealtad. Estaba seguro de que os encontraría entre ellos.   —No nos arrodillamos tan fácilmente —señaló Ser Arthur Dayne.   —Ser Willem Darry ha huido a Rocadragón con vuestra reina y con el príncipe Viserys. Pensé que habríais embarcado con ellos.   —Ser Willem es un hombre bueno y honesto —dijo Ser Oswell.   —Pero no pertenece a la Guardia Real —señaló Ser Gerold—. La Guardia Real no huye.   —Ni entonces ni ahora —dijo Ser Arthur. Se puso el yelmo.   —Hicimos un juramento —explicó el anciano Ser Gerold.   Los espectros de Ned se situaron junto a él, con espadas de sombras en las manos. Eran siete contra tres. Juego de tronos Eddard X

38_Juego de tronos_Tyrion V

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    —Gnomo —dijo Lysa con tono gélido—, vigilad qué decís con esa lengua burlona, y cuando os dirijáis a mi hijo hacedlo con cortesía, u os aseguro que os daré motivos para lamentarlo. Recordad dónde estáis. Esto es el Nido de Águilas, los que os rodean son caballeros del Valle, hombres de verdad que querían a Jon Arryn. Todos y cada uno de ellos morirían por mí.   —Lady Arryn, si me sucede algo malo mi hermano Jaime estará encantado de encargarse de ese tema. —No había terminado de pronunciar aquellas palabras cuando se dio cuenta de que estaba cometiendo una locura.   —¿Sabéis volar, mi señor de Lannister? —preguntó Lysa—. ¿Acaso los enanos tienen alas? Si no es así, lo más sensato será que os traguéis la próxima amenaza que se os ocurra.   —No era una amenaza —replicó Tyrion—, sino una promesa.   Juego de tronos Tyrion. V