11_Juego de tronos_Daenerys II
Entonces, dos hombres fueron a por la misma mujer. Oyó un grito; en un instante los arakhs estuvieron desenvainados y las hojas largas, mitad espada y mitad cimitarra, brillaron bajo el sol. Los guerreros empezaron a moverse en círculo, lanzando estocadas y saltando el uno contra el otro en una danza de muerte; hacían girar las hojas sobre sus cabezas y se gritaban insultos, sin que nadie hiciera ademán de intervenir. Todo terminó tan deprisa como había empezado. Los arakhs hendieron el aire a la vez, a tal velocidad que Dany no pudo seguirlos con la vista; uno de los hombres dio un paso en falso, el otro blandió el arma en un arco paralelo al suelo. El acero penetró en la carne justo por encima de la cintura del dothraki y seccionó el torso del vientre a la columna vertebral. Mientras el perdedor agonizaba, el vencedor agarró a la mujer que tenía más cerca, que ni siquiera era la que había provocado la disputa, y la tomó allí mismo. Los esclavos se llevaron el cadáv