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Mostrando entradas de agosto, 2023

50_Juego de tronos_Arya IV

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 —¡Huye, Syrio! —gritó. —La primera espada de Braavos no huye —canturreó él mientras Ser Meryn le lanzaba un ataque. Syrio danzó para esquivar, la espada de madera era un borrón en el aire. En un instante lanzó golpes contra la sien, contra el codo, contra la garganta del caballero, la madera resonó contra el yelmo, contra el guantelete, contra el gorjal. Arya estaba paralizada. Ser Meryn avanzó. Syrio retrocedió. Paró el primer golpe, esquivó el segundo, desvió el tercero. El cuarto cortó en dos el palo, destrozó la madera y el alma de plomo. Arya, entre sollozos, se dio media vuelta y huyó.   Juego de tronos Arya. IV  

49_Juego de tronos_Eddard XIV

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  —Lord Varys, tened la bondad de mostrar esto a mi señora de Lannister —dijo Ned sacando la carta de Robert. El eunuco llevó la carta a Cersei. La reina le echó un vistazo. —Protector del Reino —leyó—. ¿Y esto es vuestro escudo, mi señor? ¿Un trozo de papel? —Rompió la carta en dos, luego en cuatro y dejó caer los pedazos al suelo. —Eran las palabras del rey —dijo Ser Barristan, conmocionado. —Ahora tenemos un nuevo rey —replicó Cersei Lannister—. Lord Eddard, la última vez que hablamos me disteis un consejo. Quiero devolveros el favor. Doblad la rodilla, mi señor. Doblad la rodilla y jurad lealtad a mi hijo, y permitiremos que abandonéis el cargo de Mano y viváis el resto de vuestros días en ese desierto gris al que consideráis vuestro hogar. —Ojalá pudiera —replicó Ned, sombrío. Si Cersei estaba decidida a forzar la situación en aquel mismo momento, a él no le quedaba elección—. Vuestro hijo no tiene derecho al trono que ocupa. Lord Stannis es el auténtico heredero de Robert.   Ju

48_Juego de tronos_Jon VI

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  El suelo del bosque estaba cubierto de hojas caídas, rojo sangre por arriba, blanco putrefacto por abajo. Los anchos troncos lisos eran de color hueso, y las nueve caras miraban hacia adentro. La savia seca encostrada en los ojos era roja y dura como un rubí. Bowen Marsh les ordenó que dejaran los caballos fuera del círculo. —Es un lugar sagrado, no debemos profanarlo.   Al entrar en el claro, Samwell Tarly se dio la vuelta muy despacio, para examinar una a una todas las caras. No había dos iguales. —Nos están mirando —susurró—. Los antiguos dioses nos miran. —Sí. —Jon se arrodilló, y Sam hizo lo mismo a su lado. Pronunciaron juntos el juramento mientras las últimas luces desaparecían por el oeste y el día gris se transformaba en noche negra. —Escuchad mis palabras, sed testigos de mi juramento —recitaron; sus voces llenaron el bosquecillo en el ocaso—. La noche se avecina, ahora empieza mi guardia. No terminará hasta el día de mi muerte. No tomaré esposa, no poseeré tierras, no

47_Juego de tronos_Eddard XIII

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    Los vendajes empapados en vino que le había puesto el Gran Maestre Pycelle estaban ya negros de sangre, y la herida despedía un olor nauseabundo. A Ned se le revolvió el estómago. Dejó caer la manta. —Apesta —dijo Robert—. Es el hedor de la muerte, no creas que no lo huelo. El muy cabrón me cogió bien cogido, ¿eh? Pero... le pagué con la misma moneda, Ned. —La sonrisa del rey era tan espantosa como su herida, tenía los dientes rojos—. Le metí un cuchillo por el ojo. Que te lo digan éstos, venga, que te lo digan. —Así fue —murmuró Lord Renly—. Trajimos el cuerpo, como ordenó mi hermano. —Para el festín —susurró Robert—. Ahora, salid todos. Tengo que hablar con Ned.   Juego de tronos Eddard XIII

46_Juego de tronos_Daenerys V

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  —¿Qué ha dicho? —preguntó sobresaltado el hombre que había sido su hermano. En la sala se había hecho un silencio tal que podía oír el tintineo de las campanillas en el pelo de Khal Drogo al caminar. Sus jinetes de sangre lo siguieron como tres sombras cobrizas. Daenerys se había quedado fría. — Dice que tendrás una corona de oro tan espléndida que los hombres temblarán al contemplarla. Viserys sonrió y bajó la espada. Aquello fue lo más triste, lo que más adelante desgarraría el alma, su manera de sonreír. —Eso es todo lo que quería —dijo—. Lo que me prometió. Cuando el sol de su vida llegó junto a ella, Dany le rodeó la cintura con un brazo. El khal dio una orden, y sus jinetes de sangre avanzaron. Qotho agarró por los brazos al hombre que había sido su hermano. Haggo le rompió la muñeca con un simple movimiento brusco de sus manos enormes. Cohollo le quitó la espada de sus flácidos dedos. Y ni siquiera entonces comprendió Viserys qué iba a suceder.     Juego de tronos Daenerys.