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Mostrando entradas de diciembre, 2023

67_Juego de tronos_Sansa VI

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     —No quiero subir. —Sansa agitaba la cabeza, enloquecida—. No quiero subir.   —Le diré a ser Mery n que te suba a rastras —replicó él—. Y será peor. Más te vale obedecer.   Joffrey fue a agarrarla por el brazo, y Sansa se apartó, retrocedió y chocó contra el Perro. —Subid, niña —dijo Sandor Clegane al tiempo que la empujaba hacia el rey. Tenía la boca torcida hacia el lado quemado de la cara, y Sansa casi pudo oír el resto de la frase: « Te hará subir sea como sea, así que dale lo que quiere» . Se obligó a tomar la mano tendida de Joffrey. El ascenso fue una pesadilla, cada peldaño le suponía un esfuerzo, como si los peldaños fueran de barro y se hundiera hasta los tobillos. ¡Y cuántos peldaños había! Eran miles, miles de miles, siempre en dirección al horror que aguardaba en el baluarte   Juego de tronos Sansa. VI

66_Juego de tronos_Bran VII

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    —Peludo —llamó una vocecita aguda. Bran alzó la vista. Su hermano pequeño estaba de pie, en la entrada de la tumba de su padre. Peludo lanzó una última dentellada a Verano y corrió al lado de Rickon. —Deja en paz a mi padre —le advirtió el pequeño a Luwin—. Déjalo en paz. —Rickon —intervino Bran con voz amable—. Padre no está aquí. —Sí que está. Lo he visto.   Juego de tronos Bran VII  

65_Juego de tronos_Arya V

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     Arya se coló entre la multitud, se agachó para pasar entre las patas de los caballos, siempre con la espada de madera en la mano. Desde el centro de la muchedumbre sólo podía ver brazos, piernas y barrigas, así como las siete esbeltas torres del sept, que se alzaban hacia el cielo. Divisó un carromato de madera, y se le ocurrió que podría subirse encima para ver algo, pero a otros se les había ocurrido la misma idea y el cochero los echó a todos a latigazos, entre maldiciones.   Arya estaba cada vez más nerviosa. Mientras se abría paso hacia la parte delantera, la empujaron contra un pedestal de piedra. Al alzar los ojos vio a Baelor el Santo, el rey septon. Se colgó la espada del cinturón y empezó a trepar. La uña herida dejó marcas de sangre sobre el mármol pintado, pero siguió subiendo, y por fin pudo situarse entre los pies del rey.   Y, entonces, vio a su padre.   Juego de tronos Arya. IV    

64 __Juego de tronos_Daenerys VIII

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  El semental coceó y corcoveó cuando Rakharo, Quaro y Aggo lo acercaron a la bañera en la que flotaba el khal, que parecía ya un cadáver, entre las aguas sucias del pus y la sangre que le manaban de la herida. Mirri Maz Duur entonó un cántico en una lengua que Dany no conocía, y de pronto tenía un cuchillo en la mano. Dany nunca supo de dónde lo había sacado. Parecía muy viejo, de bronce rojizo, en forma de hoja, con extraños símbolos grabados en toda la superficie. La maegi lo pasó por la garganta del semental, bajo la cabeza del noble bruto. El caballo relinchó y se estremeció, y la sangre empezó a manar como un surtidor rojo. Se habría derrumbado de no ser porque lo sujetaban los hombres de su khas. —Fuerza de la montura, entra en el jinete —canturreó Mirri mientras la sangre del caballo llenaba la bañera de Drogo—. Fuerza de la bestia, entra en el hombre.   Juego de tronos Daenerys. VIII