24__Juego de tronos_Bran IV
—Tengo un regalo para ti —dijo el enano a Bran—. ¿Te gustaría cabalgar, chico? —El niño ha perdido el uso de las piernas, mi señor —se adelantó el maestre Luwin—. No puede montar a caballo. —Tonterías —replicó Lannister—. Con el caballo correcto y la silla adecuada, hasta un tullido puede cabalgar. —¡Yo no soy un tullido! —La palabra había sido como una puñalada en el corazón de Bran. Sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas incontenibles. —Entonces yo no soy un enano —dijo el enano con una mueca—. Mi padre se alegrará mucho cuando se entere. Greyjoy soltó una carcajada. El maestre Luwin se echó a reír. —¿A qué clase de caballo y silla os referís? —preguntó Luwin. —A un caballo inteligente —replicó Lannister—. El chico no puede darle órdenes con las piernas, así que hay que adaptar el caballo al jinete, enseñarle a que responda a las riendas, a la voz. Yo optaría por un potro de un año que esté sin entrenar, así no habrá que hacerle olvidar unas cos