27_Juego de tronos_Eddard VI
El maestro llamó a un muchacho alto, más o menos de la edad de Robb, pero con el pecho y los brazos muy musculosos.
—Éste es Lord Stark, la nueva Mano del Rey —dijo al chico de ojos azules y hoscos, que se retiraba de la frente el pelo empapado de sudor. Tenía el cabello negro como la tinta, espeso e indómito. La sombra de una barba incipiente le oscurecía la mandíbula—. Éste es Gendry. Es muy fuerte para su edad, y trabaja duro. Enséñale a la Mano el yelmo que has hecho, chico.
El muchacho los guió hacia su mesa de trabajo y, casi con timidez, tendió a Ned un yelmo de acero con forma de cabeza de toro y dos enormes cuernos curvos. Ned dio vueltas al yelmo entre sus manos. Era de acero basto, sin pulir, pero que denotaba una mano experta.
—Un trabajo excelente. Sería un placer que me permitieras comprarlo.
—No está en venta —dijo el chico arrebatándoselo de las manos.
—Estás hablando con la Mano del Rey, chico. —Tobho Mott lo miraba horrorizado—. Si su señoría quiere este yelmo, regálaselo. Te ha hecho el honor de pedírtelo.
—Lo he forjado para mí —replicó el muchacho con testarudez.
Juego de tronos
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